
Milei, el endeudador serial
En un ejercicio de cinismo y demagogia sin precedentes en la historia democrática argentina, el gobierno de Javier Milei ejecuta el plan económico más destructivo desde la dictadura militar. El autoproclamado «experto en economía» que prometía una revolución libertaria, ahora solicita un nuevo préstamo de 20.000 millones de dólares al FMI, la misma institución que calificaba como «inmoral» en su retórica pre electoral. Esta maniobra financiera, diseñada nuevamente por «Toto» Caputo (el autodenominado «Messi de las Finanzas»), solo augura otra mega fuga de capitales.
Los números oficiales son una burla descarada, el INDEC está evidentemente intervenido, manipulando estadísticas para fabricar una falsa desaceleración inflacionaria que la realidad desmiente día a día. Mientras el gobierno celebra una supuesta «baja de la inflación», los precios en supermercados, alquileres y servicios básicos se disparan muy por encima de las cifras oficiales, pulverizando el poder adquisitivo de los trabajadores.
El inventario del desmantelamiento estatal es abrumador y parece no terminar nunca; vaciamiento presupuestario de universidades públicas, destrucción sistemática del CONICET, eliminación de fondos del INCAA, suspensión de programas de género y derechos humanos, congelamiento de jubilaciones, paralización total de la obra pública y despidos masivos de empleados estatales.
La pregunta es inevitable: ¿Dónde están los recursos «ahorrados» mediante este brutal ajuste?
La contradicción resulta absurda, si el gobierno ha ejecutado el recorte más severo del gasto público en la historia democrática, ¿cómo justifica la necesidad de un nuevo endeudamiento multimillonario? La respuesta está en su propia gestión, la liberación indiscriminada de importaciones, la destrucción sistemática del mercado interno y una política cambiaria que privilegia la especulación financiera han generado un colapso en el ingreso de divisas.
Argentina en su totalidad atraviesa una brutal crisis económica y social fruto de las atroces medidas que está tomando el gobierno Libertario, pero una de las provincias más afectadas indudablemente es la de Tierra del Fuego. El turismo se desploma, y la industria agoniza. Es más barato importar de China que producir en Argentina, llevando al cierre masivo de PyMEs y pérdida de empleos.
Los legisladores que avalaron el DNU y apoyan estas medidas son cómplices directos del desastre económico en curso. Los 20.000 millones de dólares seguirán el mismo destino que los 45.000 millones del gobierno de Macri: la evaporación en el mercado financiero sin dejar rastro de beneficio para el pueblo argentino.
Este no es un plan de estabilización, es un programa deliberado de destrucción económica que beneficia exclusivamente al sector financiero y a los grandes importadores. La «motosierra» libertaria no solo está podando el gasto social, está destruyendo las posibilidades de desarrollo autónomo de la nación. La experiencia histórica es clara, este modelo termina en crisis social, fuga masiva de capitales y empobrecimiento generalizado. Ya lo vivimos con la dictadura y en 2001. La única diferencia es que ahora el gobierno ejecuta el ajuste en nombre de la «libertad».
La historia juzgará a quienes, conociendo las consecuencias devastadoras de estas políticas, optaron por repetir la receta del fracaso, condenando a la miseria a millones de argentinos.
Mario Daniele.