Las impactantes imágenes desde el centro de cultivo de la empresa Camanchaca en el sector de Porcelana, en el Fiordo Comau, en donde se pueden presenciar los niveles de putrefacción que tienen los salmones muertos, y como en el proceso de aspirado de estos para su retiro, se vierten al mar, fuera de las jaulas, donde además se pueden ver aguas contaminadas con restos biológicos
SALMONICULTURA: “EN RÍO GRANDE HAY UNA CULTURA QUE ACEPTA MÁS ESTA CLASE DE PRODUCCIÓN”
El presidente de Río Grande Activa, Juan Pablo Deluca, planteó la necesidad de abrir el horizonte a nuevos proyectos productivos, entre los que incluyó a la salmonicultura y la acuicultura en general. Ante el rechazo de los ambientalistas de la capital fueguina, contrapuso la “cultura más productiva” de la zona norte, que está dispuesta a aceptar este tipo de desarrollo. De hecho, el municipio presentó ante el FAMP un proyecto de cultivo en la ex planta potabilizadora El Tropezón, que fue dado de baja pero se podría reflotar. Destacó la visión de la soberanía alimentaria como bandera del intendente Martín Pérez y el interés de muchas empresas privadas en invertir para el autoabastecimiento.
El presidente de Río Grande Activa, Juan Pablo Deluca, expuso la apertura de la zona norte a proyectos como la salmonicultura, en función de una “cultura más productiva” que la de la capital fueguina, donde se impone el rechazo de los ambientalistas. Recordó que el municipio presentó ante el FAMP un proyecto de salmonicultura en tierra, que aprovecha las instalaciones de la ex planta potabilizadora El Tropezón.
Por FM Del Pueblo planteó que “hay un conjunto de negocios que se dan de cara al mar, que se denomina economía azul. El Atlántico Sur es parte de nuestra provincia y estamos teniendo conversaciones con las empresas de la promoción industrial, porque son las que tienen la posibilidad de invertir en nuevos proyectos, por ejemplo, a través de un puerto como plantea Mirgor, o un centro logístico como Río Chico. También hay posibilidad de invertir en la producción de alimentos locales que tiene que ver con el abastecimiento de los cruceros antárticos y el consumo local”.
Aseguró que “la actividad económica en la Antártida va a crecer, porque tiene explotación económica, el turismo es una y la pesca es otra. Se pesca mucho en la Antártida, si bien nosotros no tenemos embarcaciones, pero Chile sí las tiene, lo mismo China, Japón, España e Inglaterra. Nosotros tenemos todas las capacidades para desarrollar esos proyectos. Tenemos un polo industrial de lo más avanzado, con capacidades logísticas en Ushuaia, que puede ofrecer mucho para esa proyección”.
Destacó que hay “un conjunto de nuevas actividades que tienen que ver con el lugar estratégico en que estamos y esto va a ir creciendo en los próximos 50 años. Tenemos que consolidar una mirada entre lo ambiental y lo productivo, por ejemplo con el tema de las salmoneras”.
“Es importante hablar de acuicultura, que no es solamente la producción de salmonicultura a gran escala. La forma de producir en Chile es fuertemente rechazada por el gran impacto que tiene, pero la acuicultura implica la producción no sólo de salmones sino también de erizos, o de mejillones, que tienen un gran potencial en toda la provincia. Río Grande tiene una estructura productiva mucho más fuerte y nuestra comunidad está más predispuesta a producir, que hace más viable este tipo de inversiones”, manifestó.
Ante el rechazo de Ushuaia a este tipo de industria, contrapuso “una mirada diferente sobre la acuicultura en Río Grande. Si efectivamente se decide instalar los proyectos de producción acuícola en Río Grande, queremos que los mayores beneficios vayan para la comunidad de Río Grande, porque ya se explotan los hidrocarburos en la zona norte pero los recursos no van para Río Grande. Ese es un problema grande, ante la caída de la actividad que tenemos y los problemas de empleo. En Comodoro Rivadavia tienen regalías extra por ser cabecera de explotación de hidrocarburos y eso debería suceder en Río Grande. Lo mismo se plantea para la producción acuícola”, sostuvo.
“La soberanía alimentaria que encabeza el Municipio de Río Grande es muy bien vista en toda la provincia porque realmente tiene muchos frutos. Esto tiene que ver con consumir lo que producimos nosotros. Tenemos resultados concretos que se valoran mucho no sólo en Río Grande sino también en Tolhuin y Ushuaia. Es importante articular con el sector privado y demostrar que es rentable. Cada vez son más los productores que se suman y hay proyectos en desarrollo que ya van a empezar a verse en marcha. El objetivo es comenzar abasteciendo la isla grande”, dijo.
“Nuevamente se está discutiendo la salmonicultura y en Río Grande hay una cultura más productiva, que probablemente acepte más esta clase de producción. Tenemos todo por hacer en Río Grande y hay una potencia industrial que es una realidad, para poder ampliar la proyección hacia el mar. Hay proyectos que se tienen que concretar, uno es el puerto, otro es el puente para integrar mejor nuestra ciudad, las regalías extra para la ciudad de Río Grande, y generar las condiciones para que la comunidad pueda vivir bien”, propició.
Cuestionó que “desde el gobierno nacional para Tierra del Fuego lo único que hay es un plan de desarme. No se busca potenciar absolutamente nada y lo podemos ver con el FAMP, que está completamente subejecutado. Son 250 millones de dólares que son para los fueguinos y no los están ejecutando. Nosotros presentamos un proyecto de producción de acuicultura, revalorizando la ex planta potabilizadora El Tropezón, pero la nueva gestión del FAMP canceló todos esos proyectos y destinó la plata a siete hoteles en Ushuaia. Hay otros tipos de inversión que pueden potenciar toda la isla, incluso en Ushuaia”, afirmó.
“El espacio que lidera Martín Pérez tiene toda una trayectoria de gestión para mostrar con relación a la producción y del otro lado lo único que se propone es la destrucción”, dijo, y planteó un punto intermedio entre el Estado y el privado. “Tampoco estamos de acuerdo con un Estado sobredimensionado, y hay un camino intermedio entre cero Estado o cero privado. Tiene que haber una articulación y una potenciación entre los dos sectores, para abrir nuevos nichos productivos que tengan que ver con el futuro de Tierra del Fuego”, concluyó.

